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2022-10-22 19:48:16 By : Mr. june yang

Cuando piensas en verano, ¿qué te viene a la mente? A mí, inmediatamente, la playa y comilonas con familiares y amigos, primos pequeños corriendo y, por supuesto, una enorme mesa de buffet llena de comida deliciosa. Una de las mejores cosas del verano es disfrutar del buen tiempo fuera de casa -salvo en estos momentos con la ola de calor- así que este tipo de quedadas aumentan considerablemente en la temporada estival.

Sin embargo, la subida de las temperaturas también puede traer ciertos riesgos para la seguridad alimentaria. Durante los calurosos meses de verano, las posibilidades de intoxicación alimentaria se acentúan porque las bacterias se multiplican más rápido en temperaturas más cálidas, y la preparación de alimentos al aire libre dificulta la manipulación segura de esos alimentos.

Algunos ejemplos de intoxicación alimentaria son la salmonella, que produce la salmonelosis, y el E.coli, que puede producir la popular diarrea del viajero, tal como dice Marta Moreno, dietista-nutricionista en Nutrición Clinic. La mayoría de las infecciones alimentarias, según la experta, producen gastroenteritis y «pueden cursar cuadros de deshidratación graves».

Al parecer, estas intoxicaciones se pueden prevenir almacenando los alimentos en la nevera (por debajo de 4ºC): «Esto ralentiza la proliferación de microorganismos, pero es importante destacar que no los mata, de ahí que debamos respetar la fecha de caducidad de los alimentos y las indicaciones de conservación», dice la nutricionista Moreno.

Si queremos asegurarnos una reducción total de los microorganismos, debemos someter los alimentos a temperaturas superiores a los 70ºC. Además, recuerda lavarte las manos antes de cocinar y de comer, además de lavar con agua caliente y detergente los utensilios de cocina y superficies.

También, uno de los aspectos más importantes que debemos tener como objetivo es evitar la contaminación cruzada. «La contaminación cruzada es una transferencia de microorganismos de un alimento a otro y esto ocurre, por ejemplo, cuando un alimento crudo tiene algún microorganismo y se utiliza cualquier utensilio de la cocina para su cocinado y posteriormente, este utensilio se emplea para alimentos que se comerán en crudo y, por tanto, no se eliminan. Esto produciría una intoxicación alimentaria», señala Marta Moreno.

Para evitarlo, no mezcles alimentos crudos con cocinados; limpia en profundidad los utensilios entre un alimento y otro y lava las frutas y verduras que tomarás en crudo. Recuerda además, cuando te lleves comida a la playa, evitar llevar carne o pescado crudos o poco cocinados y huevos sin cuajar, ya que aumentamos la probabilidad de que aparezca una intoxicación alimentaria. Aquí puedes conocer más a fondo qué alimentos son mejores para este tipo de situaciones a las que recurrimos tanto durante los meses de verano.

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